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Capítulo sesenta y tres

Frotándose los ojos, Damion se levantó de la cama, tratando de asegurarse de no despertar a Volencia. La noche anterior, ella le rogó que no se fuera. Quería que se quedara en casa con ella, preocupada de que no regresara. Él la convenció de que tenía el armisticio de su lado y que no podían tocarlo...