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Capítulo cuarenta y uno

El sol ya se filtraba a través de las cortinas cuando Volencia se estiró en el nido de Damion. Había dormido mucho mejor de lo que esperaba y rezaba para que Damion también hubiera conseguido dormir algo. La casa estaba impregnada del olor del desayuno y ya había una buena cantidad de comida en la m...