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Capítulo veintidós

Volencia se mordió el labio y luego se puso en acción, invocando su magia. Solo podía rezar para que no saliera mal. Agarró la serpiente y comenzó a tirar.

—¡No, detente! —gruñó Damion, pero ella no lo hizo. No iba a perder a su padre cuando estaba tan cerca de recuperarlo. Dejó que la luz dentro ...