Read with BonusRead with Bonus

40

Vislumbré el miedo en los ojos de Artemisia mientras corría hacia la puerta.

¿Por qué estaba asustada?

Ah, sí, era por mí. Sabía lo que estaba pasando, pero no podía detenerme aunque quisiera.

—Soy yo, Artemisia, tu esposa. —La última frase que dijo seguía resonando en mi cabeza.

Sentí que algo se r...