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Capítulo 40 - No quedan lágrimas para llorar

Desde ese momento, Eleanor Louis vivió en el castillo Tudor. Ni siquiera le permitieron salir a buscar sus cosas.

—Proveeré todo lo que necesites para vivir —le había prometido el Príncipe.

Él la había llevado a la sección del castillo donde residiría. Ya había una habitación preparada para ella c...