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*CAPÍTULO 48*

—¿Qué? —preguntó Malcolm, su cabeza dorada de repente invadió mi espacio personal, casi tirando el teléfono de mi mano mientras intentaba ver lo que estaba mirando. El olor especiado de su jabón y el aroma a brasas que siempre parecía acompañarlo me cosquillearon la nariz. Lo empujé con el codo. Él ...