Read with BonusRead with Bonus

Como un gato

—¿Una mujer...?

Yifang miró confundido a la mujer que lo miraba con enojo y sacaba una daga. De repente, saltó como un resorte y, en lugar de atacar a Yifang, se dirigió hacia Saya.

La sostuvo por detrás y puso la daga en su cuello.

—Este niño va a morir si te mueves un poco.

—No, no... no a ell...