Read with BonusRead with Bonus

Corazón endurecido y roto

—Nunca quise hacerte daño, por favor perdóname, te juro que nunca te haría daño, nunca te lastimaría —suplicó Joan, con lágrimas cayendo de sus ojos.

Joan sabía que estaba mal por aprovecharse de ella, pero lo razonó y se convenció a sí mismo varias veces de que el incidente no era su culpa, pero n...