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Disculpas

Jennifer no podía creer lo que veían sus ojos, era como una pesadilla de la que quería despertar pero no podía. Primero, las palizas despiadadas que recibió de los guardaespaldas, que arruinaron su belleza; sus labios estaban tan grandes e hinchados que asustarían a cualquiera. Su dinero casi se hab...