Read with BonusRead with Bonus

Hefesto

Una semana después

Golpeando su martillo contra el acero caliente, Hefesto se secó la frente. Se rascó la barba y luego tomó sus tenazas, llevando el acero a una tina de agua fresca. —Estaba empezando a impacientarme—. Observando el vapor que se elevaba del metal enfriándose, cruzó sus enormes br...