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LUCHANDO CONTRA SUS SENTIMIENTOS

Cassandra y Eros no se dijeron una palabra hasta que llegaron a casa. Cassandra no esperó a que Leo le abriera la puerta, se bajó del coche y entró furiosa en el edificio. Eros la siguió inmediatamente, enfadado con su actitud. Se suponía que él debía ser el enfadado aquí, él era el humillado, ¿cómo...