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SORPRESA

Más tarde esa noche, alguien llamó a la puerta y Apolo la abrió. Lucía estaba allí con un vestido doblado en el brazo. Apolo la miró con desdén, y ella le devolvió la mirada.

—¿Qué quieres? —preguntó él.

—El amo ha solicitado su presencia.

Cassandra, que intentaba dormir un poco, saltó de la cama...