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Perséfone

—Se suponía que debíamos dormir un poco más —bostezó Angel, estirando sus extremidades fuera de Hades. Pero él la agarró de las piernas y las volvió a colocar entre las suyas.

—Aún no —respondió él a su movimiento—. Y háblate a ti misma sobre eso, hermosa. Yo solo hago lo que me dicen. —Sus ojos do...