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Escribas, pergaminos y secretos

El silencio en la habitación no podía ser exagerado. Después de que Hades terminó de hablar, nadie pronunció una palabra. La habitación se sentía sofocantemente caliente y llena de estática.

El rostro de Zeus estaba nublado por el humo mientras inhalaba un cigarrillo tembloroso. Hades parecía alivi...