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CAPÍTULO 29

Armando los condujo a su finca y durante todo el trayecto, Asher tuvo que contener la anticipación y no gruñir de satisfacción. Su lobo no estaba mejor; saltando y queriendo marcarla ya, pero primero y ante todo, iba a contarle sobre sí mismo, luego sobre el marcado y el apareamiento. Se sentía nerv...