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49. Runaway Red

Lentamente, giré la cabeza hacia la voz que me había dirigido la palabra.

Di que no, corazón.

Por favor, di que no... no era... él.

Era Liam. Estaba sentado en el sofá, justo en una esquina que no había notado en la sala. Con las piernas cruzadas, sus zapatos oxford negros se movían con un toque de ...