Read with BonusRead with Bonus

Capítulo 3 Parte 1

Capítulo 3 Gabi

Mientras me siento a horcajadas sobre el hombre que asaltó mi boca y que aún yace debajo de mí, siento que entierra sus manos en mi cabello.

—Muerde mi labio así otra vez, cariño, y te ataré a mi cama y te mostraré lo que este apéndice puede hacer —gruñó en mi oído, demasiado bajo para que alguien más lo escuchara.

—Sigue soñando, galán. Nunca me tendrás en tu cama.

—Oh, nena. No solo te tendré en mi cama. Sino que estarás rogándome que te bese de nuevo —dijo tirando más fuerte de la nuca de mi cabello, acercándome aún más a él mientras mis pechos rozaban su pecho, tensándose con su toque y ligeros roces.

Ya he tenido suficiente de rotar mi peso sobre él. Giro mi cuerpo capturando la mano y el brazo que tenía en mi cabello en un solo movimiento rápido y paso a ponerle una llave de brazo, obligándolo a rendirse.

—Recuerda eso, 'cariño', la próxima vez que intentes tocar lo que no es tuyo. Ahora, debido a la tardanza de ustedes tres, serán mis muñecos de demostración durante todo el semestre o hasta que me aburra de ustedes o, mejor aún, cuando reprueben.

—Espera, ¿ella no tiene un lobo? —pregunta a mi padre levantándose enojado.

—No, aún no tiene la edad —respondió Gabriel, enfatizando la p, ahora sonando más que divertido.

El Alfa Samuel se giró tan rápido que pensé que su cuello se rompería —¿Cuántos años? —gruñó.

—¿Qué te importa? Tengo la edad suficiente. Ahora vete a clase —le gruñí de vuelta.

—¿Cuántos años, Gabriella? —replicó aún más dominante. Diosa, ¿por qué su voz y la forma en que lo dijo me hacen querer hacer lo único para lo que no fui diseñada? Someterme.

—¡17! ¿Está bien?! ¿Eso es lo que quieres escuchar? ¿Quieres escuchar cómo una sucia Pícara de 17 años sin lobo derribó al gran y fuerte Alfa de 23 años como si nada? —le grité de vuelta, dando un paso hacia su espacio para ir nariz con nariz en un desafío. Cuando me acerqué a su cara, él me miró a los ojos por un segundo antes de alejarse con pasos pesados. Al llegar al borde del bosque, escuché el crujido de huesos y un enorme lobo blanco con penetrantes ojos azul cerúleo me miró. —¡No hemos terminado aún, ALFA! —le dije con desdén. Al terminar de decir esto, corrió hacia el bosque.

Me volví hacia sus hombres. —¿A dónde demonios cree que va? Nuestro entrenamiento no ha terminado. Tráiganlo de vuelta aquí o la clase pagará por su insolencia.

—Ahhhhh... Señora, enlacé al Alfa y dijo que volverá pronto, pero necesita algo de tiempo para... ahhh... ajustarse —dijo el que se presentó como Thaddeus.

—Entonces nuestra clase continuará hasta que regrese y ustedes dos pagarán por los errores de su Alfa —Thaddeus y Roman se miraron el uno al otro y luego a mí, y respondieron al unísono —sí, lu... Señora.

—Genial, ahora suban sus traseros al escenario, porque estoy de humor para patear traseros y esta clase necesita aprender algunos movimientos.

Durante las siguientes 2 horas, y una hora después del cierre, mis pobres muñecos estaban magullados por todas partes, incluso creyendo que Thaddeus tenía algunas costillas rotas y Roman tenía la nariz rota y posiblemente una mano rota. Aún estábamos practicando cuando vi a Samuel subir al escenario con nada más que un par de pantalones cortos de baloncesto colgados bajos en sus caderas. Santo cielo, ¿cómo podía este hombre tener tantos músculos? Los músculos de su parte superior del cuerpo solos me hacían querer babear. Y el comportamiento frío y enojado del Alfa me hacía querer enfurecerlo aún más.

—Gabriella, necesitamos hablar. Ahora, por favor. Puedes pelear conmigo y desahogar tus frustraciones en mí, pero por favor deja de abusar de mis hombres —dijo. No dejó espacio para la discusión.

Previous ChapterNext Chapter