Read with BonusRead with Bonus

Capítulo 6 Parte 2

Samuel

—SAMUEL. JAMES. TENNING. Más te vale no estar jugando conmigo. Lo juro por la Madre Diosa —dijo, interrumpiéndome por completo.

—Mamá, por favor, no tengo mucho tiempo, pero necesito que vayas con papá y pongas el teléfono en altavoz, por favor. Es extremadamente importante —digo con urgencia. Necesitaba que ella escuchara la urgencia en mi voz para entender que lo que tenía que decir era sensible al tiempo.

—Está bien, cariño, dame un segundo para ir a su oficina —Dependiendo de dónde estuviera, debería tomarle solo un minuto como máximo.

—Está bien, cariño, ya estoy aquí con tu padre —dijo.

—¿Qué pasa, Samuel? Estoy realmente ocupado en este momento. ¿No puede esperar? Estoy tratando de revisar varias solicitudes de ayuda de las manadas ahora mismo. No necesito esta distracción. ¿Y no se supone que deberías estar haciendo...? —mi padre intenta sermonearme.

—¡PAPÁ! Lo siento. No quiero ser grosero ni irrespetuoso, pero el tiempo es esencial aquí —digo con urgencia.

—Está bien, hijo. ¿Qué pasa? ¿Le ocurrió algo a Remmie o a Reign? —dice preocupado, obviamente entendiendo la importancia del asunto.

—Papá, todos están bien. Y en serio, Remmie y Reign pueden hacer llorar a un hombre adulto. Los he visto hacerlo. Pero papá, la encontré. Encontré a mi compañera —digo casi riéndome al pensar en Remmie o Reign siendo heridos.

—Está bien, ¿no es eso una buena noticia? No hay razón para tanto dramatismo —dijo ahora, sonando muy molesto.

—No, papá, no lo entiendes. Encontré a mi compañera. Tiene 17 años, pero la marqué y ahora su lobo está emergiendo por completo. El doctor que la revisó después de que se desmayara me dijo que sentía un lobo muy fuerte. Y dijo que iba a ser de nivel de realeza. Que su lobo exigirá que reclame el título. Oh, Diosa, papá, es tan fuerte y asombrosa. Rompió tres, casi cuatro, costillas de Thaddeus y rompió la nariz y la mano de Roman. Pero necesito reubicar la manada aquí. Vamos a convertirnos en una manada real. Necesitamos protegerla, papá. Vendrán hombres por ella y no sé si podré defenderla solo. Incluso marcada y emparejada. Muchos intentarán capturarla por su título y habilidades. Por favor, necesito ayuda —digo tan rápido como puedo en un solo respiro.

—Espera, espera, cálmate, hijo. Estás hablando demasiado rápido para que te entienda. ¿Encontraste a tu compañera y es una real? Pero no ha habido reales desde que el rey y la reina fueron asesinados después de que su hija desapareciera. Eso fue hace, ¿qué, 75 a 100 años? ¿Cómo es que ella es real? —pregunta mi padre.

—Papá, escucha, no lo sé. Todo lo que sé es que lo es y el palacio va a estar aquí en el complejo. Estamos trabajando ahora mismo para fortificar el complejo. Pero necesito que emitas el boletín de que la manada se está reubicando y que se convertirá en una manada real. Todos aquellos que no quieran reubicarse necesitarán presentar sus papeles. Papá, también necesito a los arquitectos y contratistas aquí de inmediato para comenzar las casas para la manada. Tal vez también pedir voluntarios para que vengan temprano y ayuden a construir —digo tratando de que mi padre empiece a planear. —Papá, también te necesito aquí. Como ayer, necesitamos ayuda para planificar y tu mente es la mejor que conozco. ¿Puede el Beta Morlan hacerse cargo de la manada y hacer todo? —pregunto. No quiero sonar como un bebé que necesita que su mamá y su papá arreglen todos los pequeños problemas de la vida, pero necesito que mi padre ayude a crear un plan infalible para encargarse de esta fusión.

—Morlan es más que capaz de dirigir la manada por un tiempo. Debería poder estar allí en unas pocas horas. A tu madre le gustaría acompañarme ya que quiere conocer a esta maravillosa compañera tuya. Además, teniendo su presencia, podremos lograr las tareas mucho más rápido —afirma.

—Me prepararé para su llegada. ¿Puedes hacer que el equipo de constructores venga contigo ya que los necesitamos aquí? Si no, haz que se dirijan hacia aquí y lleguen a primera hora de la mañana —le pido.

—Emitiré la alerta, pero tomará tiempo para que Samuel reúna un equipo. Ten paciencia. Entiendo la urgencia de proteger a tu compañera y discutiremos esto cuando lleguemos. Y no pienses ni por un segundo que no escuché que dijiste que marcaste a una chica menor de edad. No estoy contento de que hayas marcado a una chica menor de edad, joven. Te enseñé mejor —y aquí viene la voz de padre, ruedo los ojos.

—Vi eso, joven —afirma mi padre.

—Sí, papá. Necesito irme y prepararme para su llegada. Nos vemos entonces —y ambos terminamos la llamada.

Previous ChapterNext Chapter