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La otra cara de Colle

—¡Te ves hermosa! —Bajó la mirada y besó mi mano formalmente.

Mi cuerpo se estremeció con su toque.

—Me alegra que hayas usado el vestido. Te queda perfecto.

—Gracias —dije sonrojada.

Entonces se acercó un camarero, ofreciéndonos champán. Él tomó dos copas. Oh, mierda. Sonreí suavemente y fingí bebe...