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Capítulo noventa y ocho

El alivio de Matt era palpable. Se inclinó hacia adelante para besarla, pero ella giró la cabeza y su boca rozó su mejilla en su lugar.

—Tengo que irme por un rato —dijo cuando se apartó—. Necesito finalizar todos los arreglos para nuestra partida y asegurarme de que tus necesidades estén cubiertas...