Read with BonusRead with Bonus

Capítulo sesenta y siete

Tess mordió su labio inferior, saboreando sangre y su propia envidia. Una emoción nada envidiable.

—Supongo que Stefan la invitó —dijo Tess.

—Tienes razón, por supuesto, pero uno pensaría que tendría suficiente tacto para no venir —dijo Elena. Se giró para mirarla, sus ojos marrones oscuros chispe...