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Capítulo veinticinco

—Yo...

—Considera... Las palabras de esa pareja chismosa te angustian y, sin embargo, sabes que son falsas. Tu padre no necesita comprarte ni un esposo ni un amante —acentuó sus palabras con un pequeño apretón en su hombro—. Eres encantadora y amable, una mujer que cualquier hombre tendría suerte d...