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Capítulo veinticuatro

—¿Esto te molesta? —preguntó. La mayoría de las mujeres que conocía encontrarían un coche un regalo de cumpleaños muy apropiado.

Sus ojos color violeta se enfocaron de nuevo en él.

—No. No realmente. Bueno, excepto que no conduzco, pero ese no es el punto. Es solo que creo que está tratando de com...