Capítulo 6: Quisquilloso
De repente, sintió como si la temperatura a su alrededor hubiera bajado unos grados.
El hombre era alto y parecía un dios griego. Se paró detrás de ella imponentemente y exudaba un aura intimidante.
Charlotte se mordió el labio con fuerza. Estaba conteniendo la respiración de manera subconsciente. A través del reflejo del espejo en el ascensor, vio al hombre mirándola fijamente.
«Parece un león mirando a su presa».
¡Rápido, rápido!
Charlotte miró el número que parpadeaba en la pantalla del ascensor, esperando escapar rápidamente de este lugar sofocante.
Trece, doce, once, diez...
Contaba los números en silencio, su corazón latiendo furiosamente. Sin que ella lo supiera, Zachary se acercaba cada vez más a ella.
¡Ding! Finalmente, el ascensor llegó a la planta baja.
Una vez que las puertas se abrieron, salió corriendo. Tenía tanta prisa que tropezó y cayó.
¡Paf! Se desplomó de cara al suelo como una rana.
Todos afuera soltaron un grito de sorpresa. Algunos empleados que acababan de salir del ascensor normal se taparon la boca y se rieron.
Charlotte estaba tan avergonzada que quería cavar un hoyo y esconderse en él. Se levantó torpemente y salió corriendo, cubriéndose la cara.
Detrás de ella, el hombre miró su figura que se alejaba mientras una sonrisa se dibujaba en sus labios.
Charlotte pensó que la fiesta de bienvenida sería una cena en un restaurante, pero resultó ser una sesión de bebidas en Sultry Night. Para su sorpresa, Wesley también estaba allí.
«Esta es la reunión del departamento de administración. ¿Por qué hay alguien del departamento de recursos humanos aquí?»
Charlotte no estaba contenta con eso, pero sus colegas estaban presentes, así que no iba a echarlo de manera grosera.
Wesley ya se había presentado a sus colegas. También ordenó botellas de licor caro, que estaban actualmente colocadas alrededor de la mesa.
Un colega masculino habló.
—Señor Holt, este licor cuesta más de ocho mil. No deberíamos hacerle esto a nuestra nueva colega.
—¿No lo sabías? —Wesley sonrió—. Charlotte es una heredera. Es rica. En su momento, podía pagar las bebidas de todos aquí en Sultry Night. Esto no es nada para ella.
—¿Oh? ¿En serio? —Algunas colegas se pusieron curiosas. Rodearon a Charlotte y la bombardearon con preguntas—. Charlotte, ¿eres una heredera? ¡Qué inesperado!
—No—
—Claro que lo es —Wesley la interrumpió groseramente y se rió—. La única hija del hombre más rico de la Ciudad H, Richard Windt. ¿Has oído hablar de él, verdad?
—¿Richard Windt? ¿El que se tiró de un edificio hace cuatro años? —dijo un hombre—. No me extraña que el apellido Windt me sonara tan familiar.
—Creo que leí la noticia. Los Sterling cancelaron el compromiso de su hijo con la señorita Windt, y luego ella vino a Sultry Night y pasó la noche con un gigoló travesti. Eh, ¿eso fue cierto?
Sus colegas la miraban, sus miradas eran una mezcla de curiosidad, emoción y asombro mientras esperaban su respuesta.
Charlotte se sintió sofocada por ellos. Negándose a soportarlo más, se levantó para irse.
El gerente del departamento de administración, Roy Young, la detuvo y reprendió a los demás.
—¿Qué están haciendo? ¿Es así como tratan a nuestra nueva colega? Vamos a trabajar juntos en el futuro, así que por favor dejen de molestarla.
—Está bien, lo siento.
Se disculparon con Charlotte de inmediato.
En el momento en que Charlotte se encontró con la mirada divertida de Wesley, salió de la sala privada sin decir una palabra.
Quería escapar del pasado y comenzar su vida de nuevo, pero el pasado seguía persiguiéndola. «Nunca podré deshacerme de él, ¿verdad?»
Charlotte respiró hondo para calmarse.
—¿Qué pasa? ¿Fue tan insoportable? —Wesley la siguió y se burló—. ¿Cómo vas a sobrevivir, eh?
—Lo hiciste a propósito —Charlotte lo fulminó con la mirada—. Me contrataste deliberadamente y me hiciste invitar a mis colegas a cenar para que me humillaran. ¡Estás haciendo esto para vengarte de mí!
—Así es —respondió Wesley, asintiendo con una sonrisa—. Pedí comida y bebidas por valor de unos cientos de miles solo para ti.