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CAPÍTULO 42

Las puertas del ascensor se abrieron al llegar al estacionamiento. Luiggi abrazó a Marck para salir y caminar hacia su coche blindado, donde sus hombres lo esperaban, y habló.

—Vamos rápido, esa chica se dio cuenta, no debemos dejar que nos atrape.

Marck aceleró el paso, pero se escucharon los tac...