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VENGANZA SEXUAL

—¿Puedes caminar? —me preguntó, y yo negué con la cabeza como una niña y respondí—. No.

Él gruñó y me levantó en sus brazos, llevándome a caballito mientras comenzaba a sacarme del gimnasio, atrayendo la atención de todos hacia nosotros.

—Esa perra está loca —escuché decir a alguien.

Jake me llev...