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Capítulo 30 Besados por la fuerza

Los labios suaves y el aliento cálido de la otra persona hicieron que Simón no pudiera resistirse.

Sabía que estaba mal, pero aún así quería más, mucho más...

En el momento en que sus lenguas se entrelazaron, Simón casi perdió la cabeza.

Pero en el segundo siguiente, el rostro de Hillary apareció...