Read with BonusRead with Bonus

CAPÍTULO NOVENTA Y CUATRO

Lanzamos el polvo para dormir simultáneamente a los matones que abrieron la puerta, pero no tuvo efecto debido a las máscaras que llevaban.

—¡Mierda! —murmuré, sintiendo cómo el pánico extremo me envolvía.

—¿No es ese el Rey Xavier? —preguntó uno de ellos mientras sus compañeros comenzaban a quita...