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CAPÍTULO SESENTA Y OCHO

Xavier se levantó de la cama y en dos zancadas rápidas, estaba frente a mí. Sus ojos me confundían un poco, desde lejos, normalmente sé si está molesto o no, pero en este ángulo, solo sentía que me estaba ahogando en ellos.

—¿De dónde sacaste esta información, Tessa? —preguntó con un tono de enojo ...