Read with BonusRead with Bonus

CAPÍTULO SESENTA Y DOS

El temor que sentía hacía que mis pasos fueran inseguros mientras sostenía con fuerza el palo inútil.

Estaba lista para gritar, pero dudaba que alguien pudiera venir a rescatarme lo más rápido posible, así que hice lo único que se me ocurrió: acechar a un posible acechador.

Mi nueva habitación no ...