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CAPÍTULO VEINTINUEVE

Mientras salíamos de la habitación de invitados, todo lo que podía pensar era en cuánto deseaba lamer un helado por última vez. ¿Quién sabe si siquiera podré tener mis cinco sentidos de nuevo?

¡Y eso era lo que más me asustaba! No sabía lo que realmente me iba a pasar y nadie me daba una guía al re...