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CAPÍTULO CIENTO OCHENTA Y SIETE

—Se ha ido—dijo un hombre humano mientras me giraba hacia la dirección que llevaba a las habitaciones de su amiga, su rostro lleno de miedo.

—¿De qué estás hablando? ¿Qué quieres decir con que se ha ido?—exigí, mi cerebro negándose a procesar la información que acababa de soltar.

—Su Majestad, ell...