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CAPÍTULO CIENTO SETENTA Y SIETE

Después de asegurarme de que todos supieran lo que debían hacer para poner el barco en forma, me teletransporté a la sala donde estaban Tessa y nuestro hijo.

Ella seguía durmiendo, pero Xander jugaba solo, riendo con los sonidos que hacía el juguete en su mano.

Me agaché y lo levanté antes de reco...