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CAPÍTULO CIENTO SESENTA Y UNO

Nos teletransportó de vuelta a la habitación y rápidamente me quitó la ropa y la suya.

Miré al ky’rhan que es, alto, musculoso, azul y fuerte.

Se acercó a mí en la cama, sus labios brillando con el jugo de mi coño.

—Voy a ir despacio, lo prometo —dijo y me di cuenta de que Xavier probablemente es...