Read with BonusRead with Bonus

Capítulo ciento cincuenta y nueve

Lo primero que noté fueron las estrellas.

Había un vidrio sobre mí, dándome una vista perfecta del firmamento iluminado por millones de estrellas, parpadeando con emoción.

—Es tan hermoso —susurré con asombro.

—No se comparan contigo, Mia Cara —dijo Xavier, con la mirada fija en mi rostro.

Luego...