Read with BonusRead with Bonus

CAPÍTULO CIENTO TRES

—¿Cómo esperas que tengamos una conversación cuando estamos atados como ladrones comunes? —grité a la voz, más enojada que asustada.

Después de secuestrarnos y atarnos, lo mínimo que podía hacer era hablarnos adecuadamente sin esa condescendencia paralizante.

—Katie, por favor desata a esta —dijo ...