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CAPÍTULO CIENTO UNO

En el momento en que escuchamos movimiento desde la entrada, corrimos hacia la tienda y nos encerramos, observando desde la ventana cómo la gente venía a mirar por la parte trasera.

No podían vernos, pero nosotros sí podíamos verlos y me rompía el corazón ver cuántas personas nos traicionarían por ...