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Diente por diente

El señor King llegó a su dormitorio luciendo furioso. La señora King ya estaba bajo el edredón con su teléfono en la mano. Vio lo furioso que estaba Stephen y lo ignoró, lo que lo enfureció aún más.

—Kristen tiene que tener cuidado. No puedo permitir que me insulte en esta casa.

Sopló aire calient...