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10, Lobos

—Puedo sostener a la pequeña mientras tiendes la ropa —le dijo Ayya a la mujer.

La mujer se dio la vuelta y se dio cuenta de quién había hablado. Hizo una reverencia tan profunda como pudo con el bebé en la cadera.

—Oh no, no, realmente no es necesario —dijo Ayya, sonriendo—. Déjame ayudarte —dijo...