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Capítulo setenta y dos

Emma decidió llamar a la única persona a la que sabía que podía recurrir en ese momento. La única persona que podía hacerla sentir mejor ahora que sentía que su vida se estaba desmoronando. La única persona que realmente entendería.

Llamó a su mamá.

—Hola, mamá —dijo.

—Hola, cariño. ¿Cómo estás? ...