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Capítulo ciento cuatro

Sus párpados se volvieron pesados mientras él, lentamente, muy lentamente, bajaba la cabeza hasta que sus bocas estaban tan cerca pero aún sin tocarse. El momento se alargó, sus respiraciones se mezclaban, sus miradas nunca se apartaban.

Su cabeza se acercó más, pero no la tocó. En cambio, su boca ...