Read with BonusRead with Bonus

Capítulo ciento uno

Ella colocó tentativamente sus dedos temblorosos en sus palmas abiertas. Tragó el nudo en su garganta.

—Sé que tienes todas las razones para odiarme —dijo él.

—No te odio, Daniel. No lo hago—

—Shh. Déjame decir esto. No debí haber hecho suposiciones ese día cuando mi hermano dijo esas cosas sobre...