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Sube al auto

—Querida, te ves absolutamente impresionante —las palabras de la abuela me saludan al entrar en la sala de estar. Detrás de ella, el señor Adams tiene una expresión desconcertada, sus ojos reflejan una mezcla de terror y quizás un toque de preocupación. Es como si estuviera luchando por reconciliar ...