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Es un Playboy

DIOS SABE cuántas veces Zero maldijo en su mente cuando vio a Isla, quien se mantenía hermosa en su vestido amarillo con flores. Sus pechos eran demasiado obvios por su tamaño y sus curvas, maldita sea, eran fascinantes.

La siguió con la mirada cuando la mujer se fue. Maldito sea, ese trasero, volv...