Read with BonusRead with Bonus

30

Dominic levantó el teléfono a su oído, sus ojos se movían entre Dane y yo mientras permanecíamos congelados en la mesa. Mi corazón latía con fuerza en mi pecho, cada latido lo suficientemente fuerte como para ahogar el zumbido bajo de la televisión. Mi apetito había desaparecido, reemplazado por una...