Read with BonusRead with Bonus

UNO OCHENTA Y TRES

Los músculos de mis piernas se tensaron, mi pecho se comprimía dolorosamente.

No me estaba preguntando. Me estaba diciendo. Ya había tomado la decisión.

—No —dije, acercándome hasta poder oler el cuero limpio y gastado de su camisa, ver el pequeño corte que apenas se curaba en su sien—. No me voy a...