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UNO CINCUENTA Y NUEVE

El peso en la habitación se hizo más denso, la tensión se estiraba como un alambre, como si cualquiera de nosotros se moviera de manera incorrecta, se rompería. La luz tenue parpadeaba, el leve zumbido del refrigerador en la cocina era el único ruido de fondo que rompía la quietud.

Quería preguntar...