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La puerta detrás de nosotros crujió de nuevo, astillando la madera, el marco quejándose, los hombres de Alaric estaban casi adentro.

Corrimos.

La puerta daba a un pasillo estrecho y tenuemente iluminado, del tipo que apestaba a pisos encerados y aire rancio. Era uno de esos corredores traseros des...