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UN CUCO EN LA CABEZA; EL PUNTO DE QUIEBRE

NOCHE

La noche se alargaba, y no podía dormir ni de puta casualidad.

Adeline me había ordenado ir a la cama, diciendo que el día había sido un desperdicio, y que mañana por la mañana teníamos cosas que hacer, planes que hacer, lugares a los que ir. Me había tragado las malditas pastillas que m...