Read with BonusRead with Bonus

Capítulo adicional 1

Giselda

Cuando abrí los ojos, estaba frente a la Diosa, quien me sonreía cálidamente. Ella extendió los brazos.

—Bienvenidas a casa, hijas —dijo, con una voz tan suave como una brisa cálida de verano.

—¿Hijas? —pregunté, confundida.

—Mami, ¿cuándo puedo conocer a papi? —preguntó una voz curiosa ...